• Autor: NPK PYME

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Actualmente, una parte del sector industrial cree que los sindicatos tienen un entendimiento limitado de la complejidad y el desarrollo de las nuevas tecnologías. Esto se debe a que lo observan como un fenómeno de “computarización de las cosas”, y creen que el uso de máquinas inteligentes en los procesos de producción como la impresión 3D, los robots y la inteligencia artificial recién se concretará en un futuro lejano sin considerar cuán integradas estarán en los procesos productivos, ni cómo afectará al mercado laboral. Contemplando que la mayoría de las fábricas, sean pequeñas o medianas, están vinculadas a cadenas globales de valor controladas por corporaciones transnacionales, muchas de estas se encuentran en malas condiciones y tienen a trabajadores realizando tareas repetitivas durante muchas horas diarias.

Independientemente de cuán agotadora y demandante sea la tarea, los trabajadores no tienen otra salida, ya que se ven forzados a competir con un gran número de personas desempleadas que estarían dispuestas a tomar su lugar. Este proceso empeorará debido a que se espera que los puestos de trabajo fijos seguirán disminuyendo para ser reemplazados por trabajadores temporales sin estabilidad laboral y con acceso limitado a derechos legales (Gupta, 2016). Algunos países lograrán minimizar la pérdida de puestos de trabajo debido a la digitalización, y se beneficiarán por la reducción de horas totales trabajadas. Aun así, para la mayoría de los países en vías de desarrollo, la reducción de horas de trabajo significará una reducción de los ingresos de los trabajadores, especialmente en los países que no tienen institucionalizada la seguridad social.

El papel que cumplirán los sindicatos en esta transformación industrial dependerá del análisis y las acciones que ellos mismos lleven a cabo. A medida que la industria 4.0 avance rápidamente y con cambios más significativos en diferentes segmentos de la industria, los sindicatos deberán estar preparados para el impacto que esto tendrá en el empleo, las condiciones laborales y los derechos de los trabajadores. Son ellos quienes deben establecer y asegurar una transición justa y equitativa. Pero ¿Qué es una transición justa? Sería brindar algo más que una red de seguridad y compensación para aquellos que se vean afectados. Esta debería conformarse por un paquete de políticas industriales sustentables y programas sociales que permitan a los trabajadores beneficiarse del cambio y no verse perjudicados por él. La participación activa de los sindicatos en un diálogo social que incluya todos los niveles de la sociedad es un aspecto fundamental para esta transformación.

Aunque no hay una forma definida de “cómo debería ser”, en Italia la Federación Italiana de Metalúrgicos promueve la incorporación de capacitaciones profesionales en las fábricas –consideradas un derecho de los trabajadores– y trabaja para que se incluyan en los convenios nacionales colectivos del sector metalúrgico. Esto allana el camino para que los trabajadores puedan tener las cualificaciones necesarias dentro de las compañías o del sector que serán afectados por la digitalización. Siendo un actor local bastante cuestionado en términos de representación y legitimidad, es momento de establecer unas nuevas bases que revitalicen su razón de ser: proteger los derechos de los trabajadores.

Fuentes:

 

Gupta, K. (2016) ‘Will labor unions survive in the era of automation?’ Forbes, 12 de octubre de 2016, http://www.forbes.com/sites/kaviguppta/2016/10/12/will-labor-unions-survive-in-the-era-of-automation/#42d375553b22

http://nuso.org/articulo/la-digitalizacion-de-la-produccion-en-busca-de-un-paradigma-40-para-sindicatos/

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